Declaración particular de los derechos de algunos - José Carlos Bermejo Barrera

Introducción, por @Gadabarthes,

Dado que la LOMCE establece un sistema jerárquico que vela por los intereses de la comunidad educativa en aras de unos logros de mayor enjundia, tales como la excelencia intelectual y la medra en el beneficio particular, he tenido a bien trasladar a este espacio el mayor logro normativo de los últimos tiempos en materia de derechos torcidos. He aquí la irónica declaración de intenciones de la Empresa Formativa Colectiva, de boca o pluma del profesor José Carlos Bermejo Barrera (contando con su expresa autorización), del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela, a quien pertenecen también las siguientes palabras:
"...en realidad, parece ser un sentimiento socialmente compartido que todo el mundo actúa persiguiendo sus propios intereses en un juego en el todo puede llegar a valer como estrategia, en el que todo se puede manipular a la hora de hablar para justificar cualquier postura, y en el que parecen haber desaparecido los hechos, puesto que, en nombre de unos principios supuestamente democráticos, se sostiene la idea de que todo el mundo tiene derecho a opinar lo que quiera de todo lo que desee, porque todas las opinones son sagradas e igual de respetables, no existiendo en realidad los hechos, ya que todo puede interpretarse de mil maneras distintas. No deja de ser curioso que, en un país en el que los medios de comunicación son cada vez menos libres y están cada vez mas condicionados por los intereses económicos y la sumisión a los poderes políticos, se quiera dar la impresión de que todo el mundo tiene acceso a una esfera de la opinión que en realidad ha dejado ya de existir, asfixiada por los lemas vacíos de los partidos políticos, los sofismas baratos de decenas de tertulianos y supuestos analistas que copan con éxito todos los medios de comunicación, dejando la verdad, la realidad y los hechos ocultos bajo la espesa capa del silencio."
Todo lo a continuación expuesto tiene la prodigiosa virtud de ser aplicable al resto de ámbitos del Estado del Bienestar (tan mal entendido, como viene siendo últimamente). Gonzalo Martín.

O doctrina universitaria del derecho y de la virtud




Desde que en la Roma antigua se creó el derecho, ha llegado a estar totalmente claro que la existencia de un sistema jurídico ha de basarse en los siguientes principios.
  • En primer lugar las normas deben ser conocidas por todos y consecuentemente hacerse públicas, preferentemente por escrito. 
  • En segundo lugar, esas normas deben ser agrupadas y sistematizadas, de modo que se pueda establecer una jerarquía entre las mismas, con el fin de saber, por ejemplo cuál debe prevalecer en caso de que hubiese una contradicción entre dos de ellas. 
  • Y por último, y esto ha de constituir la cúspide de cualquier sistema jurídico, todas las normas han de poder ser deducidas a partir de unos principios genéricos.
Siendo la Universidad el lugar en el que nacen y se incuban las ciencias, y los universitarios las personas elegidas para garantizar que el desarrollo de las mismas pueda lograrse de la forma más racional y objetiva posible, es especialmente necesario sistematizar, jerarquizar y sacar a luz cuáles son los principios filosófico-jurídicos sobre los que ha de construirse la imponente pirámide de la legislación universitaria.
Pero además, teniendo en cuenta que las instituciones no pueden funcionar si sus miembros no interiorizan los principios que las rigen, creemos que sería conveniente completar la doctrina universitaria del derecho con otra doctrina: la doctrina universitaria de la virtud, pudiendo deducirse fácilmente una de la otra.

Titulo primero: de la libertad

Artículo 1: debemos admitir como una verdad evidente que todos los hombres son por naturaleza desiguales.
Glosa: el artículo apenas merece comentario. En efecto, si dos hombres fuesen absolutamente iguales entonces serían el mismo, y por lo tanto ya no serían dos hombres. Del mismo modo un hombre nunca puede ser igual a una mujer, porque si no el hombre no sería un hombre y la mujer una mujer, y consecuentemente no tendría sentido que existiesen esas palabras. Y las palabras siempre existen por algo.
Artículo 2: del hecho de la existencia de la desigualdad se derivan enormes beneficios para la colectividad.
Glosa: en efecto, si considerásemos como iguales a seres que por naturaleza no lo son, alteraríamos el orden natural de las cosas. Como el orden natural de las cosas es conocido, y directamente reflejado, por el conocimiento científico, si actuásemos de ese modo no sólo estaríamos violando un principio jurídico, sino también incumpliendo la misión y pervirtiendo la esencia del conocimiento científico.
Cuando se altera el orden natural de las cosas, la propia naturaleza vuelve a reestablecerlo mediante los mecanismos de defensa que posee, que consiguen eliminar aquellos elementos que en un determinado momento puedan ser extraños, gracias al uso de la coerción y la fuerza.
Artículo 3: el mantenimiento de la desigualdad ha de ser el mayor bien jurídico a proteger en los sistemas legales universitarios.
Glosa: dado que de la existencia de la desigualdad sólo se derivan beneficios para la colectividad, y dado que en la propia naturaleza - tal y como lo establece la ciencia - existen precisos mecanismos de represión y control, debemos desarrollar todas las medidas posibles para mantenerla.
Artículo 4: aquel mecanismo que consiga mantener a toda costa la desigualdad ha de ser la clave de nuestro sistema jurídico. Por ello debe establecerse como garantía del mismo la figura del VERDUGO.
Glosa: la palabra verdugo debe entenderse sólo metafóricamente, puesto que no se puede instaurar en nuestro sistema jurídico la pena de muerte, así por las razones siguientes: no se puede ejecutar a los que son superiores porque es de ellos de donde la colectividad obtiene la mayor parte de sus bienes. Y no se debe ejecutar a los inferiores porque su existencia es necesaria para que pueda ser posible la existencia de los superiores, no sólo desde el punto de vista gramatical, sino también desde el punto de vista lógico. La articulación jurídica de la figura del verdugo será competencia del Título 3: de los órganos de gobierno.
Artículo 5: los miembros de la comunidad universitaria deben ser considerados geométricamente, y no aritméticamente, pues ello es la esencia de la desigualdad.
Glosa: se llama igualdad artimética a aquella en que cada elemento o miembro es igual a todos los demás e intercambiable por ellos. Se llama igualdad geométrica a aquella que establece que la magnitud de unos miembros es mayor que la de otros, debido a su propia naturaleza, por lo cual les ha de corresponder una mayor proporción en el reparto de todos los conceptos.
Artículo 6: la esencia de la desigualdad académica no reside en el nacimiento, ni en los caracteres raciales, sino en la capacidad intelectual.
Glosa: los seres humanos son de dos clases: tontos y listos. Se llama listos a los que poseen un mayor grado de inteligencia, y tontos a los que tienen menos. No se puede ser listo si uno no sabe que es listo, de lo que se deduce que los listos, además de serlo, tienen también el derecho a decir que ellos son listos y que los demás son tontos.
Los tontos no tienen derecho a decir que los listos no son listos, porque ellos no lo saben, precisamente porque son tontos.
Artículo 7: la desigualdad académica es una desigualdad en los grados del saber, pero esa desigualdad quedaría desnaturalizada si la jerarquía del saber no estuviese avalada por la jerarquía del gobierno.
Glosa: no cabe duda de que los listos, como son más inteligentes, no sólo saben más que los tontos, sino que además también son capaces de producir nuevos conocimientos. Si la comunidad pretende que se logre un fin bueno, debe poner al alcance de aquellos que puedan hacerlo posible los medios necesarios para que puedan cumplir su cometido. Como sólo los listos saben, se deduce que sólo ellos pueden saber cuál es el fin a conseguir y cuáles son los medios necesarios para ello, por lo que a ellos les ha de corresponder toda la capacidad de tomar decisiones, que es la capacidad de gobernar.
Artículo 8: en un sistema desigual, en el que el bien común se logra gracias al saber y a las capacidades de las minorías, sólo las minorías merecen ser libres.
Glosa: esto es evidente. Si la mayoría fuese libre podría tomar decisiones, pero dado que la mayoría está compuesta de tontos, entonces todas sus decisiones estarían equivocadas, puesto que carecen de las capacidades de análisis y prospectiva.
De ello se deduce que la verdadera libertad de la mayoría consiste en aceptar la libertad de la minoría, que es la única que les puede garantizar que las decisiones que ellos no deben tomar - ya que sólo han de acatar las de la minoría- son las más adecuadas para el logro del bien común de esa mayoría intelectualmente menos dotada, que es incapaz de conocer su propia naturaleza.
Artículo 9: el fin del derecho ha de consistir en garantizar que la libertad de la minoría pueda ejercerse sin ningún tipo de cortapisa.
Glosa: un sistema ha de componerse de una serie de partes que, al funcionar coordinadamente, consiguen crear una entidad nueva, que es capaz de lograr determinados fines.
Un sistema jurídico ha de ser consecuentemente un entramado de normas convenientemente jerarquizadas que permitan que se logre de la mejor manera el fin que se deriva de la esencia del derecho: el establecimiento de la desigualdad.

Titulo segundo: de la propiedad

Artículo 10: una persona no puede ser libre si no posee bienes.
Glosa: el derecho humano más fundamental no es la vida. Todo el mundo está vivo, y eso no es ningún mérito. Todo ser vivo tiene que atender a un conjunto de necesidades biológicas. Esas necesidades biológicas, en el caso de los seres humanos, han de satisfacerse socialmente mediante el uso de una determinada serie de bienes. El uso de un bien está garantizado por el derecho de propiedad. Luego el derecho de propiedad es el derecho fundamental. Todo ser humano es, por esencia, un propietario.
Artículo 11: dado que todos los seres humanos son desiguales, unos seres humanos tienen derecho a poseer más bienes que otros.
Glosa: esto es evidente. Si para ser libre hay que poseer bienes, y unos seres humanos tienen derecho a ser más libres que otros, entonces, consecuentemente también tendrán derecho a poseer más bienes.
Artículo 12: de la desigualdad de las riquezas se deriva el bien común.
Glosa: conseguir un bien es conseguir un fin. Para conseguir un fin hay que planificar una acción. Para planificar una acción hay que ser inteligente. Como hay seres humanos inteligentes, y otros que son tontos, consecuentemente los más inteligentes habrán de conseguir más fines. Al conseguir más fines conseguirán más bienes. Pero como de la libertad de la minoría se deriva el bien de la mayoría, de ello se deduce que del enriquecimiento de unos pocos se deriva el enriquecimiento de la mayoría.
Artículo 13: consagrar la desigualdad de las riquezas es el fin del sistema jurídico, para lo cual ha de poder utilizar todos los medios posibles, y sobre todo su medio capital: el VERDUGO.
Glosa: no debe consentirse que la mayoría de los tontos reivindique la igualdad en la posesión y el uso de los bienes. Ello supondría la perversión del sistema legal, y acarrearía el empobrecimiento de la colectividad. Si lo reivindican es debido a su falta de conocimientos e inteligencia, por lo que será conveniente instruir a la mayoría, en la medida en la que su inteligencia lo permita, que siempre será limitada. Por esa razón siempre han de estar en vigor los mecanismos coactivos.
Artículo 14: únicamente se puede lograr la riqueza gracias al uso de la inteligencia. Por ello sólo los ricos han de ser libres.
Glosa: no se pueden tomar las decisiones adecuadas si uno no es libre. Si uno es libre e inteligente se hará consecuentemente rico. De la riqueza de la minoría deriva la prosperidad de la mayoría. Por esta razón los ricos han de poder ejercer su libertad sin cortapisas, de modo que todo el mundo pueda beneficiarse de sus decisiones.
Artículo 15: los profesores universitarios tienen pleno derecho a ser ricos.
Glosa: la Universidad es el lugar en el que nace y se desarrolla el conocimiento. Quien sabe más tiene más derecho a ser libre. Quien es más libre tiene más derecho a ser rico, luego los profesores universitarios, que son los que más saben, son los que tienen más derecho a ser ricos.
Artículo 16: todas las instituciones que componen la Universidad deben estar reguladas jurídicamente y subordinadas al logro del fin que es propio de esta institución, que es la consecución de la riqueza.
Glosa: si un sistema jurídico se compone de un conjunto de elementos coordinados y jerarquizados con vistas a la consecución de un fin que le es propio, y el fin propio de la Universidad es la producción y transmisión del conocimiento, todo su sistema legal debe estar dirigido al logro de ese fin. Pero como la consecución del conocimiento no es posible si no existe la libertad, y la libertad no es posible sin riqueza, consecuentemente el fin de la Universidad es la consecución de la riqueza.
Artículo 17: los dos valores básicos que han de regir los sistemas universitarios son la riqueza y la pobreza.
Glosa: debe entenderse que la riqueza es buena y está unida al conocimiento y la inteligencia y al establecimiento de la desigualdad. Del mismo modo la pobreza, que es mala, sólo es una consecuencia de la falta de inteligencia, que trae consigo la prentensión del logro de la igualdad y prentende subvertir los sistemas legales y académicos.
Artículo 18: unos profesores universitarios han de ser más ricos y otros más pobres.
Glosa: dado que la riqueza, por naturaleza, se distribuye de un modo desigual, también en la Universidad debe haber profesores ricos y pobres. Dado que los ricos son más ricos porque son más inteligentes, consecuentemente los profesores más inteligentes serán los profesores más ricos. Ello corresponde al orden natural de las cosas, a cuyo estudio están dedicadas todas las ciencias.
Artículo 19: los profesores más ricos son los que tienen más derecho a gobernar la Universidad.
Glosa: todos los profesores son desiguales por naturaleza. La base de la desigualdad es la inteligencia. Sólo los inteligentes tienen derecho a gobernar a la mayoría de los tontos. Dado que todos los inteligentes son ricos y todos los ricos son inteligentes, tanto en la Universidad como en el resto del mundo, consecuentemente son los profesores ricos los que deben siempre gobernar.
Artículo 20: el gobierno de la Universidad es un mecanismo básico de creación de la riqueza.
Glosa: toda riqueza deriva de la inteligencia. La Universidad es el lugar natural en el que vive la inteligencia, luego toda la riqueza deriva de la Universidad. Las sociedades son ricas en tanto que tengan Universidades (a eso se le llama “sociedad del conocimiento”). Consecuentemente si las sociedades se enriquecen gracias a las Universidades, las Universidades también tienen derecho a enriquecerse a costa de las sociedades, pero teniendo siempre en cuenta que ello debe hacerse de forma desigual. Cuanto más se beneficie la sociedad de la Universidad y la Universidad de la sociedad, más se conseguirá el bien común, porque el incremento de los beneficios individuales sólo produce beneficios colectivos.
Artículo 21: los profesores que gobiernan las universidades tienen derecho a ser más ricos.
Glosa: ello es lógico por las razones siguientes: los profesores que gobiernan las universidades son los más inteligentes, ya que sólo los inteligentes tienen derecho a gobernar. Los más inteligentes tienen derecho a acumular más riqueza, en aras del logro del bien común; luego los más inteligentes tienen derecho a ser más ricos. Dado que los profesores que gobiernan las universidades son los más inteligentes es lógico que, si no son ricos, lleguen a serlo, debiendo las universidades implementar todas las medidas necesarias para el logro de este fin justo.

Titulo tercero: del gobierno de las Universidades

Artículo 22: el gobierno de las Universidades ha de basarse en los siguientes principios:
1.      establecimiento de la desigualdad y control de las mayorías
2.      creación de la riqueza y reparto desigual de la misma
3.      represión de la disidencia mediante el ejercicio de las funciones académicas del VERDUGO.
Glosa: todos estos principios se derivan de los artículos anteriores, por lo que no necesitan explicación. Además, dado que en una Declaración particular de los derechos de algunos únicamente deben establecerse las normas fundamentales que rigen el funcionamiento del derecho, y no entrar en los desarrollos normativos concretos, procede pues limitarse a definir las funciones jurídicas esenciales del instrumento fundamental del gobierno: el VERDUGO
Artículo 23: son funciones esenciales del verdugo la ejecución de los reos y la tortura de los mismos.
Glosa: ya se estableció anteriormente que la pena de muerte no tiene sentido. Ello no obsta para que el verdugo siga teniendo una función esencial. No obstante, esa función ha de ser redifinida en el marco de la “sociedad del conocimiento”.
Artículo 24: dado que el bien fundamental de la “sociedad del conocimiento” es el conocimiento, serán las funciones del verdugo en esa sociedad:

1.      suprimir todos los obstáculos y neutralizar a todas aquellas personas que se opongan al avance del conocimiento, ya fuese reivindicando la libertad, la igualdad o la distribución de las riquezas
2.      practicar la tortura de aquellas personas, grupos o instituciones que se nieguen a reconocer la naturaleza de las cosas y su expresión lingüística a través de las diferentes ciencias.

Artículo 25: dado que en la “sociedad del conocimiento” la realidad física ocupa un papel subsidiario, la aplicación de la pena capital y la tortura no deberá entenderse de un modo meramente físico, tal y como ocurrió en otras épocas de la historia y como episódicamente ocurre en la actualidad en países que todavía no se integran plenamente en este tipo de sociedad, sino psicológica y lingüisticamente.
Glosa: el conocimiento se plasma lingüísticamente, ya sea en lenguajes científicos y formales o en los lenguajes ordinarios (lenguas habladas). Esos lenguajes se transmiten a través de los medios de comunicación. Por ello el control de los medios de comunicación (informáticos, audiovisuales, impresos) y sus correspondientes desarrollos institucionales es fundamental para lograr el ejercicio de las artes del buen gobierno.
Artículo 26: sólo quienes gobiernan el mundo y la Universidad tienen derecho a establecer los significados de las palabras y a fijar los criterios de la verdad y la falsedad.
Glosa: en la “sociedad del conocimiento” la realidad sólo puede ser conocida a través de los medios de comunicación y mediante los lenguajes existentes. A esa realidad se le llama realidad virtual. Los que gobiernan, gobiernan porque conocen la realidad gracias a su inteligencia. Si la realidad es virtual, ellos no sólo tienen derecho a controlarla, sino también a crearla, no sólo de la forma más inteligente, sino también con vistas a mantener la existencia de la desigualdad y a favorecer la producción de las riquezas y su reparto desigual, en aras del bien común. Por ello el producto resultante, además de ser bueno y justo , también será verdadero. Cuando un ser humano no conoce la verdad está equivocado. Cuando está equivocado toma decisiones que le perjudican. Si ello se hiciese colectivamente surgiría el caos social. Por ello , con el fin de evitarlo y lograr el bien común, quienes gobiernan tienen derecho a establecer los significados de las palabras, a regular su uso, y a fijar los únicos criterios válidos de la verdad y la falsedad.
Artículo 27: serán, pues, las funciones esenciales del VERDUGO:

1.      eliminar todos aquellos obstáculos y neutralizar a todas personas, grupos o instituciones, que se niegen a aceptar la realidad virtual tal y como es
2.      torturar los lenguajes y los sistemas de comunicación, con el fin de alejarlos de la mentira y obligarlos a aceptar la realidad virtual.
Glosa: todos los sistemas normativos de las Universidades deberán estructurarse de modo que se pueda lograr este fin. Una vez que esto se haya conseguido y que se pueda controlar a la mayoría disidente, gracias al incremento de su conocimiento, se lograrán cumplir los fines básicos de los sistemas académicos, a saber:
a) fomentar la desigualdad, gracias a la creación de élites diferenciadas por citerios de excelencia.
b) establecer el gobierno de los inteligentes.
c) permitir y obligar a que los inteligentes se enriquezcan, en aras del bien común.
d) construir un lenguaje y unos sistemas de comunicación obligatorios, que establezcan lo que es real y lo que no lo es, lo que es posible y lo que es imposible.
e) obligar a que la mayoría acepte ese lenguaje y ese gobierno, gracias a la institución del verdugo.
d) continuar denodamente la ardua labor de instrucción y educación de la mayoría de los tontos, con los fines siguientes:
           1.      que acepten que son tontos , y que no saben.
           2.      que acepten que deben ser gobernados por su bien.
           3.      que acepten que no están capacitados en modo alguno para saber quiénes son y cuál es el mundo en el que viven, y que no se puede salir de la realidad virtual.
           4.      que sepan que siempre estará presente el VERDUGO.

Colofon: doctrina de la virtud

1) Llamamos hábito a la repetición de una acción. La repetición constante de una acción suele engendrar cierta inercia que nos lleva a volver a ejecutarla, por ello se suele decir que un hábito es una segunda naturaleza.
2) Existen dos clases de hábitos: las virtudes y los vicios. Se llama virtudes a los hábitos en los que tendemos a repetir una acción buena y vicios a los hábitos en los que tendemos a repetir una acción mala.
3) Las virtudes y los vicios se corresponden con el orden natural de las cosas, que es objeto de estudio de las diferentes ciencias. Dado que según el orden natural de las cosas los hombres son por naturaleza desiguales, debe existir una doble moral: la moral de la minoría y la moral de la mayoría.
4) La moral de la mayoría debe estar orientada a que la minoría pueda desarrollar su propia moral. Por ello puede darse el caso de que una acción que para un miembro de la minoría es un virtud, para un miembro de la mayoría es un vicio. Ello sería así si con la práctica de esa supuesta virtud se pervirtiese el orden natural de las cosas.

Son Virtudes de la minoría:

a) El dogmatismo. Un miembro de la minoría debe estar totalmente seguro de poseer un saber absolutamente cierto, lo que deriva de su dominio del método científico, que maneja gracias a su inteligencia.
b) La omnisciencia. Un miembro de la minoría debe ser consciente de que se sabe todo. Si bien él no puede pretender saberlo todo, si que ha de saber que los que componen su grupo se reparten todo el saber entre sí.
c) La prepotencia. Un miembro de la minoría debe dar siempre a conocer su saber gracias a una actitud prepotente, en la que exhiba y muestre una gran seguridad en sí mismo y en los demás miembros de su grupo. La prepotencia es necesaria para el ejercicio de la autoridad, que, tal y como habíamos mostrado, se basa en la existencia del Verdugo.
d) La arrogancia. Un miembro de la minoría exhibirá siempre su saber, sus méritos y honores y sus riquezas. Al hacerlo contribuirá a mostrar a los demás la seguridad que tiene en sí mismo y en su grupo. De este modo conseguirá intimidar a los miembros de la mayoría, que siempre deben ser gobernados mediante el temor.
e)- la vanidad. Toda alabanza es poca si un miembro de la minoría se la hace a sí mismo, pero también debe intercambiar constantemente alabanzas con los demás miembros de su grupo, que a su vez deben despreciar constantemente a la mayoría.
f) La avaricia. Como de la producción de la riqueza y la acumulación de los bienes por parte de las minorías se derivan benficios para la mayoría, se puede deducir que el ansia de riquezas de cada uno de los miembros de la minoría, así como su lucha en dura competencia por las mismas, es la principal garantía del bien común.
g) La intolerancia. Un miembro de la minoría ha de ser intolerante, tanto en el campo del saber como en el ejercicio de las nobles artes del gobierno. Las opiniones son muchas, pero la verdad es sólo una. Cuando se posee la verdad no se puede ser tolerante con quien vive en la opinión equivocada, ya que quien vive en la opinión equivocada obra en contra de su propio bien. Esto se aplica tanto en el campo del conocimiento, como en el del gobierno. En el campo del gobierno, del error y el vicio dimana el desorden cuando no se consigue hacer creíbles las amenazas del verdugo. Por ello la intolerancia deberá ir siempre unida a la presencia en cada lugar y en cada momento de ese verdugo omnisciente, infalible y despiadado, que es la única garantía del orden social y el bien común.
i) La lujuria. Llamamos lujuria a la satisfacción de toda clase de deseos corporales de la minoría por parte de la mayoría o de la minoría misma. Los deseos corporales de todo tipo (sexual, culinario...) son un mecanismo básico de la producción de bienes materiales. Dado que de la producción de bienes materiales deriva el bien común, se puede deducir que de la satisfacción de los deseos corporales de la minoría deriva el bien común. Esto ya había sido formulado por Bernard Mandeville en el siglo XVIII, con el lema “los vicios privados son las virtudes públicas”.
j) El paternalismo. Los miembros de la minoría deben ejercer en la sociedad una función educativa, ya que ellos son los que saben. Por ello deben practicar el patrernalismo. Llamamos paternalismo a la acción de enseñar a los inferiores y de no aprender nunca nada de ellos. El ejercicio del paternalismo debe aunar la displicencia y el desprecio con la compasión.
k) La displicencia. Es una consecuencia natural de la omnisciencia y la arrogancia. Consiste en saber siempre mantener la distancia con los inferiores, de modo tal que ellos siempre sean conscientes de la superioridad de los que mandan.
l) La compasión. Los que pertenecen a la minoría deben compadecerse de aquellos que son inferiores, pero siempre despreciándolos, del mismo modo que se compadecen de los animales. Cuando nos compadecemos de un gato no deseamos ser gatos. Por esta razón, la minoría en su ejercicio de la compasión no debe identificarse con los inferiores, sino distanciarse de ellos.

Son Virtudes de la mayoría:

a) La inseguridad. Los miembros de la mayoría nunca deben estar seguros de que saben nada, si no los avala un miembro de la minoría.
b) La ignorancia. Pertenecer a la mayoría es básicamente ser un ignorante. Por ello los miembros de la mayoría deben reconocerlo así siempre y ser conscientes de su incapacidad intelectual y su inferioridad moral.
c) La humildad. De lo anterior se deduce la necesidad de la humildad. Si los miembros de la mayoria son ignorantes, incapaces, y además no están seguros, ¿de qué van a estar orgullosos?
d) La generosidad. Los miembros de la mayoría deben ser generosos, con los demás miembros de la mayoría, y sobre todo con los miembros de la minoría. Ya que es de la avaricia de los miembros de la minoría de donde ellos obtienen la mayor parte de sus beneficios.
e) La tolerancia. Los miembros de la mayoría deben ser tolerantes y comprensivos. Ello es lógico. Como son inseguros e ignorantes, deben practicar la tolerancia con los miembros de su grupo y con los miembros de la minoría. La práctica de la tolerancia con los miembros de la minoría es el único mecanismo del que disponen los miembros de la mayoría para evitar que entre en acción el verdugo.
f) La sumisión. Los miembros de la mayoría deben someterse siempre a los deseos de la minoría, ya fueren sexuales u de otro tipo, y ser conscientes que de ello deriva la mayor parte del bien y el placer común.
g) La admiración abyecta. Los miembros de la mayoría deben admirar constantemente las capacidades intelectuales, los bienes, los honores y los privilegios de los que gobiernan. Deben hacerlo sin complejos ni rebozo, dando así muestras del conocimiento de su naturaleza inferior, lo que constituye la única vía posible para salirse de su baja condición y superarse a sí mismos.
d) La perfidia y la traición. Los miembros de la mayoría han de estar siempre dispuestos a someterse a quien manda. Si se diese el caso de que algunos de los miembros de su grupo, presas de su ignorancia y falta de control de sí mismos, pretendiesen alterar el orden natural de las cosas, deberán engañarlos, delatarlos a sus superiores y ponerlos en manos del Verdugo, porque el dolor de los muchos es la principal fuente del placer de los pocos, y el placer de los pocos es la principal fuente de la que mana el bien común.

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