La engañosa necesidad del nasciturus.

El uso del término "nasciturus" (el que va a nacer) por las organizaciones antiabortistas no es casual: impedir que "el que va a nacer" nazca encarna un contrasentido y remite, por tanto, a una violencia consubstancial, que no es sino un uso expropiativo del participio de futuro latino. El término, como tantos otros, tiene trampa. La conclusión va en la premisa (petitio principii). Es una falacia típica en la que cuesta creer que los promotores del uso de este vocablo hayan incurrido inconscientemente. El "embrión" no es algo "que va a nacer", su etimología hace referencia a algo "que brota dentro" (la palabra griega ἔμβρυον de la que deriva, está compuesta de ἐν (en), "dentro" y el verbo βρύω (brio), "yo broto", "yo retoño", o sea "el que brota dentro"). No hay, desde esta óptica, violencia conceptual que impregne cualquier decisión sobre su flexión de futuro ni hay, por tanto, imperativo moral. Aquello que brota dentro de una mujer es asunto que compete a esa mujer y no a quien desprecia la vida con toda su carga de necesidad.
Y es que la forma de decir las cosas condiciona la forma de entender los hechos a los que alude.

Tratamiento mediático del cambio climático desde el negacionismo

Resumen de una recopilación sobre el debate medioambiental realizada en 2009. Por @Gadabarthes

 

INTRODUCCIÓN


El cambio climático es sin duda el problema medioambiental más mediático del momento; no el único, pero sí el que más ríos de tinta está haciendo correr. Hace unos años, el problema estrella era el agujero de la capa de ozono, pero este ha sido eclipsado por la virulencia con que el cambio climático ha desembocado en la pugna política. El agujero de ozono atentaba contra algunos intereses económicos, pero tal vez estos intereses eran fácilmente resarcibles mediante algunos cambios en la composición de los productos más dañinos y nuevas estrategias de mercado, y ello evitó un bombardeo mediático y todo quedó en la aceptación responsable, por parte de los consumidores, de los consejos difundidos al efecto y en la eliminación de los componentes CFC de determinados productos. Es curioso que una relación causa efecto tan difícil de entender, por la desproporcionalidad, fuese no obstante asumida sin excesivas controversias.
Otro cantar es lo que está ocurriendo con el cambio climático. El cambio climático no es sino el más llamativo de los efectos de la degradación del medio ambiente por causa antropogénica. Los efectos devastadores que la naturaleza desbocada puede ocasionar impresionan a cualquiera, esté o no convencido de la causalidad del actual modelo económico y productivo. Pero en esta ocasión los intereses afectados son de tamaña envergadura y gozan de tanta ascendencia ante el poder político, que están dispuestos a librar una dura batalla, encaminada a desviar la atención sobre la etiología del fenómeno medioambiental, intentando hacer ver que es uno más de los ciclos naturales inescrutables y no el resultado de un creciente y altamente pernicioso uso de la atmósfera y de los mares como inagotable sumidero de emisiones y residuos.
Ante un asunto tan excepcional había que tomar partido. La mayor parte de los medios de comunicación comenzaron a mostrar públicamente sus posiciones. Aunque con dudas al principio, posteriormente la mayoría estuvieron del lado de los informes científicos publicados por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) bajo el que se aúnan los esfuerzos interdisciplinares de los científicos más importantes del planeta. Pero a las petroleras y neoconservadores americanos no les convenía que la opinión pública tomara conciencia de un asunto tan grave y menos aún, que les culparan a ellos del problema. ExxonMobil creó entonces, con generosos fondos, una red de “expertos” cuyo objetivo final era confundir a la opinión pública sobre el calentamiento global y sus consecuencias. Como herramienta usarían toda una red de “think tanks”, blogs en Internet, periódicos y “periodistas” que debían trasladar a la sociedad, dudas sobre el cambio climático provocado por el hombre. Como estrategia, pensaron que tenían que utilizar la misma que consiguió que "el pueblo norteamericano" (es una metonimia frecuente para referirse a los Estados Unidos) acabara convencido de la necesidad de realizar una guerra frente a un enemigo que no lo era tan sólo unos meses antes (caso de las dos guerras del Golfo, iniciadas por George Bush padre e hijo).
En el artículo “Mecanismos básicos de la propaganda de guerra en los medios informativos. El ejemplo de Kosovo” María José García Orta del Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación de la Universidad de Sevilla, se ofrecen algunas pautas que siguen los medios de comunicación de masas a la hora de “vender” una guerra. Estos mecanismos de propaganda han sido heredados para otros cometidos y es la metodología utilizada ahora por los negacionistas del cambio climático. Según la clasificación realizada por Merril y otros autores en la obra “Medios de comunicación social. Teoría y práctica en Estados Unidos y en el mundo” existen cuatro mecanismos para conseguir que triunfe este tipo de propaganda. En otros países el negacionismo climático se ha asociado a los medios más sensacionalistas y neoconservadores como el Dailymail en el Reino Unido, De Standard en Bélgica o Daily Tech en EEUU. En el caso español, Libertad Digital ha sido el medio que más ha difundido las informaciones negacionistas. En torno a él, el Instituto Juan de Mariana, cuyo vicepresidente Daniel Rodríguez Herrera ha sido el creador de la web redliberal.com y liberalismo.org. En la primera de ellas, ha sido donde un conjunto de bloggers han ido colgando sus “informaciones” sobre el calentamiento global. También han colaborado en esta causa, algún informativo de Telemadrid y noticias en el diario Expansión, y personajes como Esperanza Aguirre y José María Aznar. Veamos los cuatro mecanismos esenciales de propaganda en relación al cambio climático, en todos los cuales los ardides lingüísticos, como la metáfora, la metonimia, los tecnicismos, los extranjerismos, etc., son de uso frecuente y útil para conferir elocuencia al mensaje.

La simplificación de la información: el enemigo único y la personalización del adversario


La información en tiempos de guerra utiliza la simplificación como principal recurso propagandístico, lo que se traduce en la personificación del conflicto y en la dicotomización exagerada de la información procedente de los distintos bandos. La información se reduce al mínimo, por ejemplo, en un eslogan o en un símbolo, prescindiendo de cualquier argumentación racional. A continuación mostramos tres ejemplos de tres personas que han sufrido ataques, junto con sus trabajos, en diferentes espacios de tiempo (aludir durante demasiado tiempo a la misma persona lleva al cansancio del lector y es mejor mostrar diferentes caras):
En el caso del cambio climático, un ejemplo de simplificación y búsqueda de un enemigo único fue el conocido “Palo de Hockey” y su autor Michael Mann. Se trata de un gráfico, una curva similiar al palo de hockey, que viene a representar que el calentamiento observado durante el siglo XX es anómalo si lo comparamos con los siglos anteriores y sólo se puede explicar por el aumento de los gases invernadero en la atmósfera como consecuencia de la quema de combustibles fósiles por parte del ser humano. Un artículo firmado por Ruben Osuna en Libertad Digital en febrero de 2005 y que fue ampliamente difundido a través de blogs de corte neoliberal titulado “El palo de Kyoto” (las similitudes fónicas entre hockey y Kyoto, ayudan a un juego que intenta mostrar los acuerdos internacionales como si se tratara de una simple entente entre naciones doblegadas ante el "lobby ecologista") pretendía simplificar todas las evidencias y la ciencia que hay detrás del cambio climático, contraponiendo una curva que mostraba cómo había evolucionado la temperatura del planeta en los últimos 1.000 años. A pesar de que el cambio climático antropogénico se basa en la física de la atmósfera y en la intensificación del efecto invernadero natural, el autor no hacia ninguna mención a ello en su escrito, pero se atrevía a concluir: “El célebre calentamiento de la Tierra no es más que un cuento(Al referirse al calentamiento con el calificativo de célebre lo que se está intentando es imputarle un carácter propagandístico, cosa que es reafirmada al califacarlo de cuento. Una metáfora relativa al género narrativo sirve para desvirtuar la naturaleza científica de los informes). Por otra parte, había más estudios que corroboraban aquella gráfica. Al menos otras 12 reconstrucciones de la temperatura media del Hemisferio Norte basados en datos proxie (Es un tecnicismo -pero aquí no se utiliza con fines discursivos sino que es usado en su contexto propio- que alude a datos recogidos de anillos de los árboles, burbujas de aire encerradas en hielo o sedimentos) daban básicamente el mismo resultado. El artículo de Ruben Osuna se basaba en un estudio realizado por McIntyre y McKitrick (uno trabaja en la industria minera y el otro es economista) cuyo estudio fue rechazado en la revista Nature por deficiencias en la argumentación científica y fallar en la verificación estadística. Posteriormente, un nuevo artículo en Journal of Climate desacreditaba el trabajo de McIntyre y McKitrick. A pesar de todo esto, un nuevo articulista de Libertad Digital, Manuel Llamas insistía en que el trabajo de Mann había sido desacreditado, diciendo sin reparos: “McIntyre es conocido mundialmente por haber desmontado la polémica teoría del palo de Hockey”
Pese a todo, los científicos siguen trabajando y a pesar del silencio de todos los negacionistas, Michael Mann ha publicado una nueva reconstrucción de la temperatura media de siglos pasados, mejorando la anterior debido al trabajo de muchas personas que han conseguido muchos más datos proxie con los que alimentar el modelo matemático que produce la gráfica. El artículo fue publicado en el PNAS (Proceedings of the National Academy of Science of the United States of America).

El documental de Al GoreUna verdad incómoda”, ha contribuido decisivamente a la difusión del problema del cambio climático antropogénico. Desde los sectores más extremos del neoconservadurismo americano se ha atacado duramente a Al Gore mediante “falacia ad hóminen” (descalificar personalmente a un adversario, en lugar de refutar sus afirmaciones) y también se ha cuestionado la ciencia, los datos y las predicciones que muestra en su documental, basados en los informes del IPCC. Por supuesto tampoco han faltado los ataques personales desde los blogs neoliberales españoles o desde el periódico digital de Jiménez Losantos: “¿Es Al Gore un miserable?” Blog desdeelexilio.com.
Los ataques se producen principalmente durante el año 2007 y se usa desde el presunto enriquecimiento de Al Gore por sus conferencias (como si no fuera rico de antemano), el consumo de su avión privado en emisiones de CO2 o el consumo eléctrico de su casa. No tienen en cuenta que su trabajo fue apoyado por la comunidad científica y recibió junto al IPCC el premio Nobel de la Paz. Entonces se intentó tergiversar las conclusiones del documental, pricipalmente echando mano de una sentencia de un juez británico: “Un juez británico dice que el film de Al Gore es tendencioso” Libertad Digital (Esta metonimia es reforzada con la ocultación de información relevante al respecto). El hecho consistió en que un padre había denunciado el uso del film de Al Gore en las escuelas británicas. Luego se descubrió que el denunciante tenía poderosos respaldos de magnates mineros.

James Hansen es el director del Instituto Goddard de la NASA y es uno de los científicos que más ha avisado a los políticos en EEUU sobre la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. En los medios negacionistas al igual que a Al Gore se le tilda de “gurú” del cambio climático y ha recibido multitud de ataques personales: “El tipo permanentemente cabreado de la foto es el apóstol máximo del calentamiento global del planeta. Es James Hansen, el perturbado que comenzó todo.” Blog Valdeperrilos.com (Apóstol es una metáfora religiosa que intenta convertir los informes científicos en panfletos sectarios. Además, el recurso de llamar perturbado al autor –que personifica a la voz de la ciencia en este asunto- es una metonimia que pretende calificar de locura a todo este trabajo científico. En el mismo sentido obra el calificativo “tipo permanentemente cabreado” que pretende trasladar ese estado emocional a todo el colectivo científico, ecologista y político preocupado por el tema y sembrar dudas sobre su rigor por efecto del estado de ánimo). Pero James Hansen no fue el primero en alertar sobre el calentamiento global. Desde tanto tiempo atrás como el año 1975 se viene avistando el problema. El investigador estadounidense Wallace S. Broecker publicó un artículo en la revista científica Science titulado «Cambio climático: ¿Estamos al borde de un calentamiento global pronunciado?». Era la primera mención en una publicación científica del término «calentamiento global». Incluso antes, un climatólogo americano llamado Charles David Keeling en la década de los 50 detectó altos niveles de CO2 en la atmósfera y planteó la vinculación entre el creciente consumo de combustibles fósiles y el aumento del contenido de dióxido de carbono en la atmósfera.

Exageración y desfiguración de los contenidos


Este mecanismo implica ofrecer únicamente los contenidos favorables al emisor, enfatizándolos al máximo (hipérbole), recurriendo incluso a la mentira (ya sea a través de la omisión y silencio de hechos noticiables o mediante la creación de sucesos o hechos que no existen). Por el contrario, el propagandista se limita a guardar silencio en aquellos puntos en los que está débil. Se trata de un procedimiento casi universal: “Los gurús (Kerry Emanuel) del cambio climático rectifican: no hay relación entre huracanes y calentamiento” Manuel Llamas en Libertad Digital, con noticia procedente del Blog desdeelexilio.com. Se muestra una foto de Al Gore, para intentar demostrar que un científico rebate la tesis ofrecida por él, de que un mayor calentamiento llevará a fenómenos meteorológicos extremos. Sin embargo, en una entrevista, Kerry Emanuel indicaba que sí existe esa relación y que en el futuro esa relación tenderá a disminuir la frecuencia de huracanes, pero incrementará la intensidad de los mismos. La página web del Instituto Tecnológico de Massachussets también recogía este resultado. En relación con los huracanes, no es sorprendente que los medios negacionistas hayan guardado silencio ante el comunicado del Centro Nacional de Huracanes de Miami al finalizar la temporada de huracanes del 2008 porque en él se anunciaban los siguientes hechos: “La temporada de huracanes establece récords”. En 2008 la temporada ha sido una de las más activas desde que se comenzaron a registrar hace 64 años. Las razones:
-La señal multidecadal, que ha incrementado la actividad desde 1995.
-El fenómeno de La Niña que reduce, la cizalladura vertical del aire y permite el crecimiento de las tormentas.
-La temperatura superficial del mar más cálida en el Atlántico, en promedio un grado más alta de lo normal.
Por si fuera poco y para no citar a un único científico que habla de huracanes y calentamiento global, el científico Hartmut Aumann del Jet Propulsión Laboratory de la NASA ha publicado un estudio en Geophysical Research Letters que relaciona las tormentas severas en los trópicos con el calentamiento global y que confirma los resultados de otro estudio realizado en 2005 por Frank Wentz et al. Todo un ejemplo de exageración: “Escándalo: los datos de temperatura para Octubre del GISS falsificados!” Blog desdeelexilio.com. Se llegó a decir que el Instituto Goddard de la Nasa (GISS) había enviado una nota de prensa con estos resultados y que había habido muchos titulares informando “del octubre más cálido de la historia”. Todo era falso ya que GISS envía solo una nota de prensa con el análisis de temperaturas al final de cada año. Libertad Digital “informaba” con el siguiente titular: “La NASA falsea la temperatura de Rusia al anunciar el octubre más cálido de la historia”. En realidad, la NASA no “falseó” sino que cometió un error no intencionado que fue corregido. Pero estas exageraciones, falsedades combinadas con el sobredimensionado del error, son interesantes para los negacionistas para hacer ruido y conseguir que se piense que el globo no se ha estado calentando, que el hielo marino no se ha derretido, que los glaciares no han retrocedido y que realmente, el CO2 no es un gas invernadero: “Pues se acabó el 2008 y no ha sido el año tórrido que nos prometieron.” Blog desdeelexilio.com. El Met-Office Hadley Centre del Reino Unido dio en diciembre de 2007 su previsión para el 2008 y esto es lo que decían: “2008 is set to be cooler globally than recent years say Met Office and University of East Anglia climate scientists, but is still forecast to be one of the top-ten warmest years.”. Y James Hansen, afirmaba en la página web del GISS: "It is unlikely that 2008 will be a year with truly exceptional global mean temperature,"
Los negacionistas también echan mano de falsas apelaciones al “sentido común”, intentando enmascarar más la trampa, pero al final tergiversando los datos y no buscando actualizaciones científicas: “De hecho, el propio informe del IPCC, que pasa por ser la doctrina oficial sobre el tema, reconoce que la mayor parte de la Antártida -que supone el 85% de la superficie de hielo del planeta- no se está calentando” Blog Archipiélago Duda (Nuevamente tenemos los informes científicos convertidos en religión). Toda esta argumentación, mostrada como de “sentido común”, de que no subirá el nivel del mar queda invalidada porque parte de una hipótesis falsa. Aunque los negacionistas climáticos centran sus críticas en el IPCC (que publica sus informes cada cinco o seis años), la actividad científica va mucho más allá de él. La ciencia sigue avanzando y hace unos meses un nuevo estudio publicado en la revista Nature Geoscience elaborado por el Climate Research Unit de la Universidad de East Anglia ha detectado calentamiento en la Antártida y éste está atribuido al hombre. Por tanto, si la Antártida se derrite, veremos un aumento considerable del nivel del mar en próximas décadas.

Tratamiento desequilibrado de las fuentes.

 

El control y la selección de la información son dos de las tareas básicas utilizadas por el propagandista, sobre todo en tiempos de guerra: “La comunidad científica no se ha puesto de acuerdo ni en el origen ni en el alcance del cambio climático que Al Gore y compañía anuncian auxiliados por la trompetería mediática habitual.” Editorial de Libertad Digital (La trompetería mediática es una metáfora alusiva a los medios de comunicación a los que se intenta restar seriedad y rigor). Esta frase resume la política informativa de los negacionistas del cambio climático antropogénico, aunque en primer lugar hay que tener algo en consideración. Este periódico digital cuestionaba la existencia misma del cambio climático. Ahora, como las evidencias son claras, no niega que haya habido un calentamiento del planeta; aunque pone la duda en el origen y en las consecuencias. Pero la mayoría de los científicos están de acuerdo, el calentamiento observado está relacionado con las emisiones de CO2 y las consecuencias serán muy graves para la biosfera si pasamos las 450 partes por millón de CO2 y superamos los dos grados de aumento en la temperatura media global desde la era preindustrial. Las fuentes informativas de los negacionistas son Think tanks o pseudocientíficos americanos, casi todos ellos financiados por la petrolera Exxon como climateaudit.com o wattsupwiththat.com y en ocasiones citan el blog de un geólogo español, conocido por sus posiciones escépticas, Antón Uriarte. Los negacionistas obvian toda la literatura científica sobre el cambio climático publicada en revistas científicas como Nature o Science, los centros de investigación del clima de todo el mundo como el Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo (ECMWF), el Hadley Centre de Inglaterra, el NOAA americano, el Centro Nacional de Huracanes de Miami, la Organización Meteorológica Mundial o la Agencia Estatal de Meteorología Española (AEMET), universidades y otros muchos centros de meteorología y climatología internacionales. Como son demasiados organismos a criticar, centran la diana únicamente en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), al que tildan de “organismo político” (es una nueva metáfora que pretende, no ayudar a entender algo sino a desvirtuar su naturaleza), y dejando de lado que el organismo ha sufrido muchas presiones del gobierno de EEUU para que en sus comunicados redujeran sus previsiones alarmantes. Curiosamente, los negacionistas se quejan después de “censura” (esta metáfora pretende abundar en la sensación de que todo este análisis científico está orquestado como una forma de dirigismo político).
Una actuación muy típica de los negacionistas es el “cherry picking” (coger la excepción y convertirla en regla): “Los glaciares de Alaska crecen por primera vez en 250 años” Libertad Digital. Dicho de otra manera, los glaciares de Alaska han perdido masa durante 249 años y lo relevante es que tras ese descenso tan continuado, un verano muy frío y con abundantes precipitaciones de nieve, hacen crecer la masa de nieve en un año: “El hielo del Ártico crece un 9% respecto a 2007” Libertad Digital. Desde 1979, momento en que se comenzó a medir vía satélite la masa de hielo del Ártico, la masa de hielo que ha desaparecido a finales del verano alcanza un 40%. Una leve recuperación en 2008 respecto al mínimo de hielo medido en 2007, les sirve para obtener ese titular: "¿Y el calentamiento?: 2008 es el año más frío de la década” Libertad Digital. Libertad Digital no descubre nada con esta noticia publicada a finales del año 2008: “es probable que el 2008 se clasifique como el décimo año más cálido de los registros climáticos desde que éstos empezaran a efectuarse con instrumentos en 1850”. Y añadía: “En muchas partes del mundo se registraron fenómenos climáticos extremos, entre ellos inundaciones devastadoras, sequías graves y persistentes, tormentas de nieve, olas de calor y olas de frío.” La primera parte confirmaba las previsiones, pero de la segunda parte, los negacionistas no quieren ni oír hablar. Otro asunto interesante, fue el documental titulado “The Great Global Warming Swindle” rodado por Martin Durkin y emitido por Channel Tour en Inglaterra y por Telemadrid bajo el título “El gran timo del cambio climático”. El regulador británico OFCOM dictaminó que había tergiversado las evidencias científicas y manipulado las declaraciones de algunos científicos que aparecían en el documental. Esto lo aprovecha Libertad Digital para decir lo siguiente: “OFCOM ha abierto una investigación a la BBC por vetar las opiniones de los científicos opuestos a la tesis del IPCC.

La apelación a la emoción


Los textos informativos consiguen persuadir a través de un discurso emotivo que hace referencia a los sentimientos primarios. De esta forma, se busca el asentimiento o rechazo hacia un tema concreto. Ejemplo: “Los abanderados (metáfora belicista) del Apocalipsis climático exigen dedicar cientos de miles de millones de euros, pero no a paliar el hambre o la pobreza, no a vacunar a la población del Tercer Mundo de enfermedades que allí resultan mortales, no a garantizar el acceso al agua potable o al alcantarillado en buena parte del mundo subdesarrollado, no, exigen esos recursos para destinarlos a causas tan científicamente cuestionables en su viabilidad, como ser capaces de mantener la temperatura del planeta Tierra dentro de un centenar de años.” José María Aznar durante la presentación del libro Planeta Azul (no verde) de Vaclac Klaus (Toda esta alocución es una hipérbole con una gran carga emocional).
“Se ha creado una alarma para ningún fuego (metáfora de catástrofes). Se nos ha metido miedo en el cuerpo con la misma base que la existencia de las brujas en la edad media (nuevamente la metáfora de la superstición es utilizada contra la corriente de opinión de base científica)”. José Carlos Rodríguez en Libertad Digital. “Destapar la mentira no sirve de nada, pues una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.” Ruben Osuna en Libertad Digital. “Ese dinero (El invertido en cumplir con el protocolo de Kyoto), inevitablemente, tendrá que serle hurtado (metáfora que da a entender que había un dinero que se habría destinado a esos fines sociales -se permite reir-) a otros proyectos de ayuda a los países menos favorecidos. Con mucho menor esfuerzo, podríamos intentar que estos países mejoraran sus infraestructuras, su sanidad, su régimen de libertades, sus recursos, y se pertrecharan de mejores herramientas para combatir los efectos del aumento de temperaturas, si se produce.” Jorge Alcalde en Libertad Digital. “El verdadero peligro, como siempre, son los salvadores (una plaga muy conocida desde antiguo, común a todos los mesianismos, imitado por los totalitarismos del siglo XX, consistente en inventar primero un gran peligro y luego ofrecerse como salvadores).” Yonderboy en Barrapunto. “La histeria (metáfora que convierte la alarma –intelectual- en histeria –emocional-) desatada a cuenta del calentamiento ha brindado una nueva oportunidad a todos aquellos que quieren controlar nuestras vidas (metáfora dictatorial)”. Walter E. Williams en Libertad Digital.
La carga emotiva incluye apelaciones genéricas a la “libertad”, a que los movimientos sociales que se ponen en acción frente el cambio climático o a favor de la ecología es un nuevo “totalitarismo”, a que debemos “ayudar” a los países pobres antes que a invertir dinero en energías limpias que impidan un mayor calentamiento. Todo ello usado de una forma demagógica e interesada. De esta manera, se da a entender que todo el que se manifieste pidiendo medidas contra el cambio climático es un totalitario o está en contra de la libertad o es insolidario... o todo ello a la vez. La carga emotiva contenida en los mensajes adquiere un gran poder de persuasión e intenta impedir la movilización ciudadana.
José María Aznar, conocido por su disposición a liderar cualquier causa que le permita sentirse protagonista de la historia, es un consumado urdidor o, cuanto menos, difusor de discursos falaces. Así, en la conferencia de presentación del libro de Vaclav Havel, Aznar llamaba a los informes científicos un “dogma engañoso”, y se proclamaba defensor del equilibrio medioambiental, afirmando ser “ecologista, si el ecologismo significa conservar el medioambiente, preservar nuestros bosques, sostener la biodiversidad, reciclar, ahorrar energía”. Recurriendo a la metáfora religiosa, a la vez que denuncia una actitud intransigente, descalifica a los científicos que advierten del “apocalipsis climático” y sentencia que “la libertad está en peligro, el clima está bien” (metáfora liberticida seguida de una antinomia de los hechos). Vaclav Klaus, por su parte, afirma que la aceptación de los informes científicos es “irracional” y que Al Gore es un “manipulador”; invita a enfrentarse a esa “propaganda” pues sostiene que “el calentamiento ni es global, ni es grande, ni es algo sin precedentes”. ¿Cuál es la conclusión de Vaclav Klaus? Pues que “la libertad humana, la innovación y el mercado serán suficientes para preservar nuestra prosperidad”. Refuta los informes científicos como dogmáticos pero recupera el dogma central del neoliberalismo, la infalibilidad del mercado, como una verdad inccuestionable.


CONCLUSIÓN


Nos vemos pues ante una retórica sumamente beligerante que intenta establecer una serie de "verdades" mediante el recurso a la descalificación de cualquier hecho que las contradiga, al cual le dan un tratamiento de manipulación o falsificación. Se intenta camuflar un discurso altamente ideologizado, falto de rigor y carente de soporte científico, desviando la atención con ardides como crear confusión sobre los hechos e intentar convertir al adversario en el trapacero que uno es. Pero en este caso la lengua que da soporte a esa retórica no está a la altura de sus posibilidades y las metáforas y los tropos empleados son muy poco trabajados y sólo pretenden un impacto inmediato y contundente que encienda los ánimos de los seguidores propios y pueda sembrar dudas entre quienes, en el fondo, temen que todo esto pueda ser verdad. La pretensión es de aturdir, no de convencer. En este sentido, es curiosa la frase que utiliza Aznar para autodefinirse como ecologista sensato, al defender la necesidad de “investigar sobre nuevas fuentes energéticas” y trabajar por “reforzar el mix energético de países tan dependientes como España con una energía limpia y segura, como la energía nuclear”, lo que no es sino una perogrullada revestida de tecnicismos para ocultar la sujeción a los intereses de las empresas multinacionales que controlan el ritmo al que se han de verificar cambios en el sector energético. Se ve obligado a utilizar el tecnicismo mix para prestigiar el uso de una energía combinada, lo cual constituye un claro apoyo a la utilización de combustibles fósiles a la vez que pide una reactivación del uso de la energía nuclear, a la que llama limpia (porque no emite gases a la atmósfera, aunque sus residuos sean mucho más sucios e imposibles de eliminar ni reciclar). Más allá de este tecnicismo, todos los demás recursos oratorios son de bajo nivel y se ceban más en el juego sucio que en la versatilidad del lenguaje para moldear la visión del mundo, aunque fuese en beneficio propio.