Resumen de una recopilación sobre el debate medioambiental realizada en 2009. Por @Gadabarthes
INTRODUCCIÓN
El cambio climático es sin duda el problema medioambiental
más mediático del momento; no el único, pero sí el que más ríos de tinta está
haciendo correr. Hace unos años, el problema estrella era el agujero de la capa
de ozono, pero este ha sido eclipsado por la virulencia con que el cambio
climático ha desembocado en la pugna política. El agujero de ozono atentaba
contra algunos intereses económicos, pero tal vez estos intereses eran
fácilmente resarcibles mediante algunos cambios en la composición de los
productos más dañinos y nuevas estrategias de mercado, y ello evitó un bombardeo
mediático y todo quedó en la aceptación responsable, por parte de los
consumidores, de los consejos difundidos al efecto y en la eliminación de los
componentes CFC de determinados productos. Es curioso que una relación causa
efecto tan difícil de entender, por la desproporcionalidad, fuese no obstante
asumida sin excesivas controversias.
Otro cantar es lo que está ocurriendo con el cambio
climático. El cambio climático no es sino el más llamativo de los efectos de la
degradación del medio ambiente por causa antropogénica. Los efectos
devastadores que la naturaleza desbocada puede ocasionar impresionan a
cualquiera, esté o no convencido de la causalidad del actual modelo económico y
productivo. Pero en esta ocasión los intereses afectados son de tamaña
envergadura y gozan de tanta ascendencia ante el poder político, que están
dispuestos a librar una dura batalla, encaminada a desviar la atención sobre la
etiología del fenómeno medioambiental, intentando hacer ver que es uno más de
los ciclos naturales inescrutables y no el resultado de un creciente y
altamente pernicioso uso de la atmósfera y de los mares como inagotable
sumidero de emisiones y residuos.
Ante un asunto tan excepcional había que tomar partido. La
mayor parte de los medios de comunicación comenzaron a mostrar públicamente sus
posiciones. Aunque con dudas al principio, posteriormente la mayoría estuvieron
del lado de los informes científicos publicados por el Panel Intergubernamental
sobre el Cambio Climático (IPCC) bajo el que se aúnan los esfuerzos interdisciplinares de los científicos más
importantes del planeta. Pero a las petroleras y neoconservadores americanos no
les convenía que la opinión pública tomara conciencia de un asunto tan grave y
menos aún, que les culparan a ellos del problema. ExxonMobil creó entonces, con
generosos fondos, una red de “expertos” cuyo objetivo final era confundir a la
opinión pública sobre el calentamiento global y sus consecuencias. Como
herramienta usarían toda una red de “think tanks”, blogs en Internet,
periódicos y “periodistas” que debían trasladar a la sociedad, dudas sobre el
cambio climático provocado por el hombre. Como estrategia, pensaron que tenían
que utilizar la misma que consiguió que "el pueblo norteamericano" (es una
metonimia frecuente para referirse a los Estados Unidos) acabara convencido de
la necesidad de realizar una guerra frente a un enemigo que no lo era tan sólo
unos meses antes (caso de las dos guerras del Golfo, iniciadas por George Bush
padre e hijo).
En el artículo “Mecanismos básicos de la propaganda de
guerra en los medios informativos. El ejemplo de Kosovo” María José García Orta
del Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación
de la Universidad de Sevilla, se ofrecen algunas pautas que siguen los medios
de comunicación de masas a la hora de “vender” una guerra. Estos mecanismos de
propaganda han sido heredados para otros cometidos y es la metodología
utilizada ahora por los negacionistas del cambio climático. Según la
clasificación realizada por Merril y otros autores en la obra “Medios de
comunicación social. Teoría y práctica en Estados Unidos y en el mundo” existen
cuatro mecanismos para conseguir que triunfe este tipo de propaganda. En otros
países el negacionismo climático se ha asociado a los medios más
sensacionalistas y neoconservadores como el Dailymail en el Reino Unido, De
Standard en Bélgica o Daily Tech en EEUU. En el caso español, Libertad
Digital ha sido el medio que más ha difundido las informaciones
negacionistas. En torno a él, el Instituto Juan de Mariana, cuyo
vicepresidente Daniel Rodríguez Herrera ha sido el creador de la web redliberal.com y liberalismo.org.
En la primera de ellas, ha sido donde un conjunto de bloggers han ido colgando
sus “informaciones” sobre el calentamiento global. También han colaborado en
esta causa, algún informativo de Telemadrid y noticias en el diario Expansión,
y personajes como Esperanza Aguirre y José María Aznar. Veamos los cuatro
mecanismos esenciales de propaganda en relación al cambio climático, en todos
los cuales los ardides lingüísticos, como la metáfora,
la metonimia, los tecnicismos, los extranjerismos,
etc., son de uso frecuente y útil para conferir elocuencia al mensaje.
La simplificación de la información: el enemigo único y la personalización del adversario
La información en tiempos de guerra utiliza la
simplificación como principal recurso propagandístico, lo que se traduce en la
personificación del conflicto y en la dicotomización exagerada de la
información procedente de los distintos bandos. La información se reduce al
mínimo, por ejemplo, en un eslogan o en un símbolo, prescindiendo de cualquier
argumentación racional. A continuación mostramos tres ejemplos de tres personas
que han sufrido ataques, junto con sus trabajos, en diferentes espacios de tiempo
(aludir durante demasiado tiempo a la misma persona lleva al cansancio del
lector y es mejor mostrar diferentes caras):
En el caso del cambio climático, un ejemplo de
simplificación y búsqueda de un enemigo único fue el conocido “Palo de
Hockey” y su autor Michael Mann. Se trata de un gráfico,
una curva similiar al palo de hockey, que viene a representar que el
calentamiento observado durante el siglo XX es anómalo si lo comparamos con los
siglos anteriores y sólo se puede explicar por el aumento de los gases
invernadero en la atmósfera como consecuencia de la quema de combustibles
fósiles por parte del ser humano. Un artículo firmado por Ruben Osuna en Libertad
Digital en febrero de 2005 y que fue ampliamente difundido a través de blogs de
corte neoliberal titulado “El palo de Kyoto” (las similitudes fónicas entre
hockey y Kyoto, ayudan a un juego que intenta mostrar los acuerdos internacionales como si se
tratara de una simple entente entre naciones doblegadas ante el "lobby
ecologista") pretendía simplificar todas las evidencias y la ciencia que hay
detrás del cambio climático, contraponiendo una curva que mostraba cómo había
evolucionado la temperatura del planeta en los últimos 1.000 años. A pesar de
que el cambio climático antropogénico se basa en la física de la atmósfera y en
la intensificación del efecto invernadero natural, el autor no hacia ninguna
mención a ello en su escrito, pero se atrevía a concluir: “El célebre calentamiento
de la Tierra no es más que un cuento” (Al referirse al calentamiento con el
calificativo de célebre lo que se está intentando es imputarle
un carácter propagandístico, cosa que es reafirmada al califacarlo de cuento.
Una metáfora relativa al género narrativo sirve para desvirtuar la naturaleza
científica de los informes). Por otra parte, había más estudios que
corroboraban aquella gráfica. Al menos otras 12 reconstrucciones de la
temperatura media del Hemisferio Norte basados en datos proxie (Es un
tecnicismo -pero aquí no se utiliza con fines discursivos sino que es usado en su contexto propio- que alude a datos
recogidos de anillos de los árboles, burbujas de aire encerradas en hielo o
sedimentos) daban básicamente el mismo resultado. El artículo de Ruben Osuna se
basaba en un estudio realizado por McIntyre y McKitrick (uno trabaja en la
industria minera y el otro es economista) cuyo estudio fue rechazado en la
revista Nature por deficiencias en la argumentación científica y fallar en la
verificación estadística. Posteriormente, un nuevo artículo en Journal of
Climate desacreditaba el trabajo de McIntyre y McKitrick. A pesar de todo esto,
un nuevo articulista de Libertad Digital, Manuel Llamas insistía en que el
trabajo de Mann había sido desacreditado, diciendo sin reparos: “McIntyre es conocido mundialmente
por haber desmontado la polémica teoría del palo de Hockey”
Pese a todo, los científicos siguen trabajando y a pesar del
silencio de todos los negacionistas, Michael Mann ha publicado una nueva
reconstrucción de la temperatura media de siglos pasados, mejorando la anterior
debido al trabajo de muchas personas que han conseguido muchos más datos proxie
con los que alimentar el modelo matemático que produce la gráfica. El artículo fue publicado en el PNAS
(Proceedings of the National Academy of Science of the United States of
America).
El documental de Al Gore “Una verdad incómoda”, ha contribuido decisivamente a la difusión del problema del cambio climático antropogénico. Desde los sectores más extremos del neoconservadurismo americano se ha atacado duramente a Al Gore mediante “falacia ad hóminen” (descalificar personalmente a un adversario, en lugar de refutar sus afirmaciones) y también se ha cuestionado la ciencia, los datos y las predicciones que muestra en su documental, basados en los informes del IPCC. Por supuesto tampoco han faltado los ataques personales desde los blogs neoliberales españoles o desde el periódico digital de Jiménez Losantos: “¿Es Al Gore un miserable?” Blog desdeelexilio.com.
Los ataques se producen principalmente durante el año 2007 y
se usa desde el presunto enriquecimiento de Al Gore por sus conferencias (como
si no fuera rico de antemano), el consumo de su avión privado en emisiones de
CO2 o el consumo eléctrico de su casa. No tienen en cuenta que su trabajo fue
apoyado por la comunidad científica y recibió junto al IPCC el premio Nobel de
la Paz. Entonces se intentó tergiversar las conclusiones del documental,
pricipalmente echando mano de una sentencia de un juez británico: “Un juez británico dice
que el film de Al Gore es tendencioso” Libertad Digital (Esta metonimia es
reforzada con la ocultación de información relevante al respecto). El hecho
consistió en que un padre había denunciado el uso del film de Al Gore en las
escuelas británicas. Luego se descubrió que el denunciante tenía poderosos respaldos
de magnates mineros.
James Hansen es el director del Instituto Goddard de la NASA y es uno de los científicos que más ha avisado a los políticos en EEUU sobre la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. En los medios negacionistas al igual que a Al Gore se le tilda de “gurú” del cambio climático y ha recibido multitud de ataques personales: “El tipo permanentemente cabreado de la foto es el apóstol máximo del calentamiento global del planeta. Es James Hansen, el perturbado que comenzó todo.” Blog Valdeperrilos.com (Apóstol es una metáfora religiosa que intenta convertir los informes científicos en panfletos sectarios. Además, el recurso de llamar perturbado al autor –que personifica a la voz de la ciencia en este asunto- es una metonimia que pretende calificar de locura a todo este trabajo científico. En el mismo sentido obra el calificativo “tipo permanentemente cabreado” que pretende trasladar ese estado emocional a todo el colectivo científico, ecologista y político preocupado por el tema y sembrar dudas sobre su rigor por efecto del estado de ánimo). Pero James Hansen no fue el primero en alertar sobre el calentamiento global. Desde tanto tiempo atrás como el año 1975 se viene avistando el problema. El investigador estadounidense Wallace S. Broecker publicó un artículo en la revista científica Science titulado «Cambio climático: ¿Estamos al borde de un calentamiento global pronunciado?». Era la primera mención en una publicación científica del término «calentamiento global». Incluso antes, un climatólogo americano llamado Charles David Keeling en la década de los 50 detectó altos niveles de CO2 en la atmósfera y planteó la vinculación entre el creciente consumo de combustibles fósiles y el aumento del contenido de dióxido de carbono en la atmósfera.
Exageración y desfiguración de los contenidos
Este mecanismo implica ofrecer únicamente los contenidos
favorables al emisor, enfatizándolos al máximo (hipérbole), recurriendo
incluso a la mentira (ya sea a través de la omisión y silencio de hechos
noticiables o mediante la creación de sucesos o hechos que no existen). Por el
contrario, el propagandista se limita a guardar silencio en aquellos puntos en
los que está débil. Se trata de un procedimiento casi universal: “Los gurús
(Kerry Emanuel) del cambio climático rectifican: no hay relación entre
huracanes y calentamiento” Manuel Llamas en Libertad Digital, con noticia
procedente del Blog desdeelexilio.com. Se muestra una foto de Al Gore, para
intentar demostrar que un científico rebate la tesis ofrecida por él, de que un
mayor calentamiento llevará a fenómenos meteorológicos extremos. Sin embargo,
en una entrevista, Kerry Emanuel indicaba que sí existe esa relación y que en
el futuro esa relación tenderá a disminuir la frecuencia de huracanes, pero
incrementará la intensidad de los mismos. La página web del Instituto
Tecnológico de Massachussets también recogía este resultado. En relación con
los huracanes, no es sorprendente que los medios negacionistas hayan guardado
silencio ante el comunicado del Centro Nacional de Huracanes de Miami al
finalizar la temporada de huracanes del 2008 porque en él se anunciaban los
siguientes hechos: “La temporada de huracanes establece récords”. En 2008 la
temporada ha sido una de las más activas desde que se comenzaron a registrar
hace 64 años. Las razones:
-La señal multidecadal, que ha incrementado la actividad
desde 1995.
-El fenómeno de La Niña que reduce, la cizalladura vertical
del aire y permite el crecimiento de las tormentas.
-La temperatura superficial del mar más cálida en el
Atlántico, en promedio un grado más alta de lo normal.
Por si fuera poco y para no citar a un único científico que
habla de huracanes y calentamiento global, el científico Hartmut Aumann del Jet
Propulsión Laboratory de la NASA ha publicado un estudio en Geophysical
Research Letters que relaciona las tormentas severas en los trópicos con el
calentamiento global y que confirma los resultados de otro estudio realizado en
2005 por Frank Wentz et al. Todo un ejemplo de exageración: “Escándalo: los datos de
temperatura para Octubre del GISS falsificados!” Blog desdeelexilio.com. Se
llegó a decir que el Instituto Goddard de la Nasa (GISS) había enviado una nota
de prensa con estos resultados y que había habido muchos titulares informando
“del octubre más cálido de la historia”. Todo era falso ya que GISS envía solo
una nota de prensa con el análisis de temperaturas al final de cada año.
Libertad Digital “informaba” con el siguiente titular: “La NASA falsea la
temperatura de Rusia al anunciar el octubre más cálido de la historia”. En
realidad, la NASA no “falseó” sino que cometió un error no intencionado que
fue corregido. Pero estas exageraciones, falsedades combinadas con el sobredimensionado del error, son interesantes para
los negacionistas para hacer ruido y conseguir que se piense que el globo no se
ha estado calentando, que el hielo marino no se ha derretido, que los glaciares
no han retrocedido y que realmente, el CO2 no es un gas invernadero: “Pues se
acabó el 2008 y no ha sido el año tórrido que nos prometieron.” Blog
desdeelexilio.com. El Met-Office Hadley Centre del Reino Unido dio en diciembre
de 2007 su previsión para el 2008 y esto es lo que decían: “2008 is set to be
cooler globally than recent years say Met Office and University of East Anglia
climate scientists, but is still forecast to be one of the top-ten warmest
years.”. Y James Hansen, afirmaba en la página web del GISS: "It is unlikely
that 2008 will be a year with truly exceptional global mean temperature,"
Los negacionistas también echan mano de falsas apelaciones
al “sentido común”, intentando enmascarar más la trampa, pero al final
tergiversando los datos y no buscando actualizaciones científicas: “De hecho,
el propio informe del IPCC, que pasa por ser la doctrina oficial sobre el tema,
reconoce que la mayor parte de la Antártida -que supone el 85% de la
superficie de hielo del planeta- no se está calentando” Blog Archipiélago Duda
(Nuevamente tenemos los informes científicos convertidos en religión). Toda
esta argumentación, mostrada como de “sentido común”, de que no subirá
el nivel del mar queda invalidada porque parte de una hipótesis falsa.
Aunque los negacionistas climáticos centran sus críticas en el IPCC (que
publica sus informes cada cinco o seis años), la actividad científica va mucho
más allá de él. La ciencia sigue avanzando y hace unos meses un nuevo estudio
publicado en la revista Nature Geoscience elaborado por el Climate Research
Unit de la Universidad de East Anglia ha detectado calentamiento en la
Antártida y éste está atribuido al hombre. Por tanto, si la Antártida se
derrite, veremos un aumento considerable del nivel del mar en próximas décadas.
Tratamiento desequilibrado de las fuentes.
El control y la selección de la información son dos de las
tareas básicas utilizadas por el propagandista, sobre todo en tiempos de
guerra: “La comunidad científica no se ha puesto de acuerdo ni en el origen ni
en el alcance del cambio climático que Al Gore y compañía anuncian auxiliados
por la trompetería mediática habitual.” Editorial de Libertad Digital (La
trompetería mediática es una metáfora alusiva a los medios de comunicación a
los que se intenta restar seriedad y rigor). Esta frase resume la política
informativa de los negacionistas del cambio climático antropogénico, aunque en
primer lugar hay que tener algo en consideración. Este periódico digital
cuestionaba la existencia misma del cambio climático. Ahora, como las
evidencias son claras, no niega que haya habido un calentamiento del planeta;
aunque pone la duda en el origen y en las consecuencias. Pero la mayoría de los
científicos están de acuerdo, el calentamiento observado está relacionado con
las emisiones de CO2 y las consecuencias serán muy graves para la biosfera si
pasamos las 450 partes por millón de CO2 y superamos los dos grados de aumento
en la temperatura media global desde la era preindustrial. Las fuentes
informativas de los negacionistas son Think tanks o pseudocientíficos
americanos, casi todos ellos financiados por la petrolera Exxon como
climateaudit.com o wattsupwiththat.com y en ocasiones citan el blog de un geólogo
español, conocido por sus posiciones escépticas, Antón Uriarte. Los
negacionistas obvian toda la literatura científica sobre el cambio climático
publicada en revistas científicas como Nature o Science, los centros de
investigación del clima de todo el mundo como el Centro Europeo de Predicción a
Medio Plazo (ECMWF), el Hadley Centre de Inglaterra, el NOAA americano, el
Centro Nacional de Huracanes de Miami, la Organización Meteorológica Mundial o
la Agencia Estatal de Meteorología Española (AEMET), universidades y otros
muchos centros de meteorología y climatología internacionales. Como son
demasiados organismos a criticar, centran la diana únicamente en el Panel
Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), al que tildan de
“organismo político” (es una nueva metáfora que pretende, no ayudar a entender
algo sino a desvirtuar su naturaleza), y dejando de lado que el organismo ha
sufrido muchas presiones del gobierno de EEUU para que en sus comunicados
redujeran sus previsiones alarmantes. Curiosamente, los negacionistas se quejan
después de “censura” (esta metáfora pretende abundar en la sensación de que
todo este análisis científico está orquestado como una forma de dirigismo
político).
Una actuación muy típica de los negacionistas es el “cherry
picking” (coger la excepción y convertirla en regla): “Los glaciares de Alaska
crecen por primera vez en 250 años” Libertad Digital. Dicho de otra manera, los
glaciares de Alaska han perdido masa durante 249 años y lo relevante es que
tras ese descenso tan continuado, un verano muy frío y con abundantes
precipitaciones de nieve, hacen crecer la masa de nieve en un año: “El hielo
del Ártico crece un 9% respecto a 2007”
Libertad Digital. Desde 1979, momento en que se comenzó a medir vía satélite la
masa de hielo del Ártico, la masa de hielo que ha desaparecido a finales del
verano alcanza un 40%. Una leve recuperación en 2008 respecto al mínimo de
hielo medido en 2007, les sirve para obtener ese titular: "¿Y el calentamiento?:
2008 es el año más frío de la década” Libertad Digital. Libertad Digital no
descubre nada con esta noticia publicada a finales del año 2008: “es probable
que el 2008 se clasifique como el décimo año más cálido de los registros
climáticos desde que éstos empezaran a efectuarse con instrumentos en 1850”. Y añadía: “En muchas
partes del mundo se registraron fenómenos climáticos extremos, entre ellos
inundaciones devastadoras, sequías graves y persistentes, tormentas de nieve,
olas de calor y olas de frío.” La primera parte confirmaba las previsiones,
pero de la segunda parte, los negacionistas no quieren ni oír hablar. Otro
asunto interesante, fue el documental titulado “The Great Global Warming
Swindle” rodado por Martin Durkin y emitido por Channel Tour en Inglaterra y
por Telemadrid bajo el título “El gran timo del cambio climático”. El regulador
británico OFCOM dictaminó que había tergiversado las evidencias científicas y
manipulado las declaraciones de algunos científicos que aparecían en el
documental. Esto lo aprovecha Libertad Digital para decir lo siguiente: “OFCOM ha abierto una
investigación a la BBC por vetar las opiniones de los científicos opuestos a la
tesis del IPCC.
La apelación a la emoción
Los textos informativos consiguen persuadir a través de un
discurso emotivo que hace referencia a los sentimientos primarios. De esta
forma, se busca el asentimiento o rechazo hacia un tema concreto. Ejemplo: “Los
abanderados (metáfora belicista) del Apocalipsis climático exigen dedicar
cientos de miles de millones de euros, pero no a paliar el hambre o la pobreza,
no a vacunar a la población del Tercer Mundo de enfermedades que allí resultan
mortales, no a garantizar el acceso al agua potable o al alcantarillado en
buena parte del mundo subdesarrollado, no, exigen esos recursos para
destinarlos a causas tan científicamente cuestionables en su viabilidad, como
ser capaces de mantener la temperatura del planeta Tierra dentro de un centenar
de años.” José María Aznar durante la presentación del libro Planeta Azul (no
verde) de Vaclac Klaus (Toda esta alocución es una hipérbole con una gran carga
emocional).
“Se ha creado una alarma para ningún fuego (metáfora de
catástrofes). Se nos ha metido miedo en el cuerpo con la misma base que la
existencia de las brujas en la edad media (nuevamente la metáfora de la superstición
es utilizada contra la corriente de opinión de base científica)”. José Carlos
Rodríguez en Libertad Digital. “Destapar la mentira no sirve de nada, pues una
mentira repetida mil veces se convierte en verdad.” Ruben Osuna en Libertad
Digital. “Ese dinero (El invertido en cumplir con el protocolo de Kyoto),
inevitablemente, tendrá que serle hurtado (metáfora que da a entender que había
un dinero que se habría destinado a esos fines sociales -se permite reir-) a otros proyectos de ayuda a los países menos
favorecidos. Con mucho menor esfuerzo, podríamos intentar que estos países
mejoraran sus infraestructuras, su sanidad, su régimen de libertades, sus
recursos, y se pertrecharan de mejores herramientas para combatir los efectos
del aumento de temperaturas, si se produce.” Jorge Alcalde en Libertad Digital.
“El verdadero peligro, como siempre, son los salvadores (una plaga muy conocida
desde antiguo, común a todos los mesianismos, imitado por los totalitarismos
del siglo XX, consistente en inventar primero un gran peligro y luego ofrecerse
como salvadores).” Yonderboy en Barrapunto. “La histeria (metáfora que
convierte la alarma –intelectual- en histeria –emocional-) desatada a cuenta
del calentamiento ha brindado una nueva oportunidad a todos aquellos que
quieren controlar nuestras vidas (metáfora dictatorial)”. Walter E. Williams en
Libertad Digital.
La carga emotiva incluye apelaciones genéricas a la
“libertad”, a que los movimientos sociales que se ponen en acción frente el cambio
climático o a favor de la ecología es un nuevo “totalitarismo”, a que debemos
“ayudar” a los países pobres antes que a invertir dinero en energías limpias
que impidan un mayor calentamiento. Todo ello usado de una forma demagógica e
interesada. De esta manera, se da a entender que todo el que se manifieste
pidiendo medidas contra el cambio climático es un totalitario o está en contra
de la libertad o es insolidario... o todo ello a la vez. La carga emotiva contenida en los mensajes adquiere un gran
poder de persuasión e intenta impedir la movilización ciudadana.
José María Aznar, conocido por su disposición a liderar
cualquier causa que le permita sentirse protagonista de la historia, es un
consumado urdidor o, cuanto menos, difusor de discursos falaces. Así, en la
conferencia de presentación del libro de Vaclav Havel, Aznar llamaba a los
informes científicos un “dogma engañoso”, y se proclamaba defensor del
equilibrio medioambiental, afirmando ser “ecologista, si el ecologismo
significa conservar el medioambiente, preservar nuestros bosques, sostener la
biodiversidad, reciclar, ahorrar energía”. Recurriendo a la metáfora religiosa,
a la vez que denuncia una actitud intransigente, descalifica a los científicos que
advierten del “apocalipsis climático” y sentencia que “la libertad está en
peligro, el clima está bien” (metáfora liberticida seguida de una antinomia de
los hechos). Vaclav Klaus, por su parte, afirma que la aceptación de los
informes científicos es “irracional” y que Al Gore es un “manipulador”; invita
a enfrentarse a esa “propaganda” pues sostiene que “el calentamiento ni es
global, ni es grande, ni es algo sin precedentes”. ¿Cuál es la conclusión de
Vaclav Klaus? Pues que “la libertad humana, la innovación y el mercado serán
suficientes para preservar nuestra prosperidad”. Refuta los informes
científicos como dogmáticos pero recupera el dogma central del neoliberalismo,
la infalibilidad del mercado, como una verdad inccuestionable.
CONCLUSIÓN
Nos vemos pues ante una retórica sumamente beligerante que
intenta establecer una serie de "verdades" mediante el recurso a la descalificación
de cualquier hecho que las contradiga, al cual le dan un tratamiento de
manipulación o falsificación. Se intenta camuflar un discurso altamente
ideologizado, falto de rigor y carente de soporte científico, desviando la
atención con ardides como crear confusión sobre los hechos e intentar convertir
al adversario en el trapacero que uno es. Pero en este caso la lengua que da soporte a esa retórica no está a
la altura de sus posibilidades y las metáforas y los tropos empleados son muy
poco trabajados y sólo pretenden un impacto inmediato y contundente que
encienda los ánimos de los seguidores propios y pueda sembrar dudas entre
quienes, en el fondo, temen que todo esto pueda ser verdad. La pretensión es de aturdir, no de convencer. En este sentido, es
curiosa la frase que utiliza Aznar para autodefinirse como ecologista sensato,
al defender la necesidad de “investigar sobre nuevas fuentes energéticas” y
trabajar por “reforzar el mix energético de países tan dependientes como España
con una energía limpia y segura, como la energía nuclear”, lo que no es sino una perogrullada revestida de tecnicismos para ocultar la sujeción a los intereses de las empresas multinacionales que controlan el ritmo al que se han de verificar cambios en el sector energético. Se ve obligado a
utilizar el tecnicismo mix para prestigiar el uso de una energía combinada, lo
cual constituye un claro apoyo a la utilización de combustibles fósiles a la
vez que pide una reactivación del uso de la energía nuclear, a la que llama
limpia (porque no emite gases a la atmósfera, aunque sus residuos sean mucho
más sucios e imposibles de eliminar ni reciclar). Más allá de este tecnicismo,
todos los demás recursos oratorios son de bajo nivel y se ceban más en el juego
sucio que en la versatilidad del lenguaje para moldear la visión del mundo,
aunque fuese en beneficio propio.
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