Paradoja de Adam Smith


La paradoja de Adam Smith:

El neoliberalismo, como etapa triunfal del liberalismo, ha resultado ser un sistema de economía planificada en numerosos aspectos aunque esta planificación redunde en el interés particular y no el general; con regulaciones restrictivas de las libertades ciudadanas y de la capacidad operativa de determinados agentes sociales, con intervencionismo estatal, paraestatal y periestatal en defensa del propio orden económico aun contraviniendo sus principios fundamentales, con componendas masivas, amaño de precios y preponderancia especulativa, y con descapitalización artificiosa de los instrumentos sociales de cooperación sin que se deba a un mandato manifiesto, pues el ciudadano los tiene en gran estima y sufraga sus costes con mejor disposición que gasta en cualquier otra esfera de consumo. Finalmente, muestra sin tapujos la acción de lo que siempre fue una mano intocable pero en absoluto invisible. Si el interés particular no garantiza el bien común queda deslegitimado como motor del desarrollo social.

El liberalismo paradójico neoconservador es mucho más intervencionista que toda economía dirigida, pero su nomenklatura reside en el hiperespacio, porque ya no necesita de los Estados para desenvolverse y ampararse sino que asume sus funciones en un orden no filantrópico sino antropofágico y en un locus amoenus exclusivo e inexpugnable. La gobernanza financiera internacional se prepara para infiltrar toda posible fuente de riqueza y apropiársela aunque para ello deba dinamitarla antes.